Hurlingham: Seis homicidios en seis meses, la cruda estadística de un delito que crece

El intendente de Hurlingham, Damián Selci, difundió la semana pasada desde sus redes sociales un balance sobre su tarea al cabo de seis meses al frente del Municipio. En tono autocelebratorio, el jefe comunal de La Cámpora trazó un balance de ese período y desde la lectura de lo que consideró realizaciones de su mandato de medio año puso a Seguridad como una de las políticas más destacadas de su gestión. Allí puso de relieve la incorporación de móviles como uno de los logros obtenidos.

Sin embargo, la realidad del distrito muestra una cara distinta a la que se empeña en mostrar Selci, esquivo a brindar entrevistas a medios locales y que sólo comunica su gestión desde la comodidad de las redes sociales. Basta transitar por la vereda del Centro de Monitoreo de Jauretche y Ricchieri inaugurado durante la gestión de Juan Zabaleta para advertir que, en cualquier momento del día, la mayoría de los monitores que replican las imágenes registradas por las cámaras no cuentan con operadores que las visualicen. A eso se suma la falta de recambio de las luminarias que convierten a numerosas calles de las tres localidades en verdaderas zonas de peligro.

Pero, especialmente, seis homicidios en seis meses de su mandato dan por tierra con cualquier intento de maquillar el crecimiento del delito y la inseguridad en Hurlingham.

La estadística alarmante fue registrada por el Portal Buenos Aires Ahora, que publicó un resumen de los hechos delictivos que terminaron en muertes violentas en el distrito. Da cuenta como el más reciente el ocurrido en cercanías de las vías en William Morris, donde Ezequiel Buera, un joven de quince años, fue brutalmente asesinado de tres disparos tras una discusión relacionada con la inseguridad y la venta de drogas.

Ya a sólo veinte días de la asunción de Selci, Nayla Priscila Acosta fue asesinada al quedar en medio de un tiroteo en las calles Cellini y Menéndez. Posteriormente, el operario Andrés Alejandro Czidenski perdió la vida el 19 de marzo de 2024 durante un robo mientras trabajaba para Edenor en Padereswki y Amberes. Cuatro días más tarde, Santiago Billalva fue abatido el 23 de marzo de 2024 después de que le robaran dinero y un celular en Solís y Vergara. En Villa Tesei, otro crimen aparentemente ligado a bandas narco le costó la vida al adolescente Juan Ignacio “Nachito” Figueroa, de solo quince años, asesinado el 4 de abril de 2024 en Manuel Pedraza y Niza.

Finalmente, el 15 de junio de 2024, un sujeto apodado “El Chili” fue asesinado en Tigre y Valdéz por un presunto ajuste de cuentas por el asesinato de Billalva. Robos y asesinatos se convirtieron en una constante diaria para los vecinos y configuran un drama cotidiano fácilmente asociable a zonas liberadas para el delito, sin presencia policial ni controles efectivos, en el municipio, que sin registrar datos extremos de conflictividad social, presenta estadísticas alarmantes y en crecimiento, en sólo seis meses de gobierno de Damián Selci y La Cámpora.

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